domingo, 7 de septiembre de 2008

El tacto pedagógico


Del ser, al hacer y el reconocer.

Dentro de la vida como docente se encuentran innumerables situaciones que giran en torno al maestro, los alumnos y el ambiente en donde se desarrollan, muchos pudieran llegar a pensar que estas circunstancias se resuelven siempre de la misma manera, sin embargo no es así, se debe entender que existen personas con diferentes maneras de ser por lo que se generan situaciones educativas que siempre están cambiando, depende de la capacidad del maestro hacer frente a estas situaciones de forma improvisada, esto es a lo que se refiere el autor con tacto pedagógico.

En esta lectura se manifiesta el significado de la sensibilidad pedagógica, la cual como futuro docente estoy comprometido a emplear en el aula; lo primero que se denota en el texto es la diferencia que existe entre grupo y grupo, la cantidad de circunstancias generadas a partir de esta diversidad es lo que hace enriquecedora una clase, como lo afirma Claudia de la Mora, la heterogeneidad, tanto en maestros como en alumnos, debe ser más una ventaja que desventaja (mayo 2006).

Dentro de la planeación un maestro encuentra la estrategia más adecuada para sus alumnos, pero hay que aprender a que la clase emprenda su propio curso, dentro de los límites del orden, ser flexible para aprovechar todos los elementos que se derivan de la interacción con los demás, a esto voy a agregar que es necesario determinar qué tipo de ambiente es el adecuado para aprovechar el potencial de los estudiantes, ya que no siempre es el que creemos correcto, solo porque parece cómodo.

Otro punto que me llamó la atención es la cuestión de la disciplina, como ya lo mencione antes, dentro del aula se da una interacción entre los alumnos y el docente, sin embargo esto se complica cuando se rompe la armonía de la dinámica grupal, además del concepto de disciplina que tenga el profesor, por lo cual interpreto a la disciplina como la barrera que detiene los comportamientos inadecuados que interfieren tanto con los procesos de aprendizaje como con la socialización entre individuos.

En conclusión hay que entender que para tener tacto pedagógico, es necesario comprender que manejamos material humano, sensible y frágil por lo que antes de poder entrar en contacto con los niños debemos estar en contacto con nosotros mismos, ser congruentes entre lo que pensamos, hacemos o decimos ya que dejamos una huella impregnada en nuestros alumnos que difícilmente se borra, pero depende de nuestro tacto el que sea una experiencia favorable a su desarrollo, entonces hay que tener en claro que aspectos de nuestra personalidad ayudan a la profesión y cuales hay que corregir y muchas de estas autoevaluaciones internas de darán gracias al vínculo entre el maestro, la comunidad y los alumnos, en pocas palabras partir del ser (el autoconocimiento), al hacer (las estrategias educativas) y el reconocer (adecuaciones derivadas de la interacción).

Bibliografía

De la Mora Solís, Claudia. Disciplina en el aula. México: Ed. Aula Nueva de SM ediciones, 2006.

Van Mane, Max. El tacto pedagógico, El tacto en la enseñanza. España: Ed. Piados Ecuador, 1998.

No hay comentarios: